| EL OJO DEL HOMBRE ] |
LA AURORA "CARLOS CASTANEDA", EN LOS TIEMPOS MODERNOS
—Neo-Ancestralidad o Ancestralidad Moderna—
INTRODUCCIÓN Se dice: “Todo tiempo pasado fue mejor…” (dicho popularizado), sin embargo decir esto revela una visión parcializada o estrecha, pues las cualidades del futuro, sea este el de nuestra conciencia o el de la conciencia de muchos como especie, descansan en el intento del presente (injerencia mágica del acto de querer en el tiempo), y el pasado llega ser una carga que o nos impulsa o nos encadena. Esta interpolación de conceptos nos lleva al punto referencial de que para la actualidad (nuestro tiempo) definitivamente no hace falta vestirse con indumentarias típicas de tal o cual cultura, no hace falta andar por ahí voceando el nombre de algún pueblo antiguo, o hacer demostraciones pseudo-shamánicas de los rasgos culturales conservados como meros folclorismos entretenidos, para poder verse uno mismo como Shamán. En definitiva, actualmente en los tiempos que corren absolutamente todos los conceptos de Shamanismo (con extraordinarias excepciones) en términos, significados y demostraciones poseen una desmejorada conceptualización, ningún sistema vital de regencia y menos de claridad, mantenida con demasiada terminología errónea llena de abstractismo y confusión, con una nula organización esencial, que sea coherente y clara (hasta para la cara contemplativa de la objetividad biofísica): simplemente simplista y alegórica. Dado que la percepción de la energía como fluye por el universo no es arbitraria ni idiosincrática, los videntes son testigos de formulaciones de energía que se producen espontáneamente y no modeladas por la interferencia humana. Así, la percepción de esas formulaciones es, en sí misma y por sí misma, la clave que libera el potencial humano encerrado y que, normalmente, nunca entra en juego. A fin de generar la percepción de esas formulaciones energéticas, deben ponerse en juego todas las capacidades de percepción del ser humano. (Don Juan Matus) VER se constituye como uno de los requisitos fundamentales para poder atisbar toda la expresión de la palabra SHAMANISMO. A partir de ahí se construirán definiciones, atributos o referencias más precisas en consecuencia con lo que se vaya descubriendo, es sólo a partir de que un hombre aprende a ver que puede empezar a juzgar las cosas, superando el marco de lo teórico o externo, lindero que lamentablemente no conocemos, ni el que escribe ahora, ni cada uno de los que tan profusamente atiborran las divulgaciones globales de conceptos ligeros al respecto de lo Shamánico. El sistema cognitivo del hombre occidental nos fuerza a movernos a través de ideas preconcebidas. Basamos nuestros juicios en algo que es siempre “a priori”, por ejemplo la idea de “lo ortodoxo”. ¿Qué es la antropología ortodoxa? ¿La que se enseña en el aula? ¿Y, cuál es la conducta de los shamanes? ¿Ponerse plumas en la cabeza y bailar a los espíritus? (Carlos Castaneda) Vestigios, excelentes exposiciones arqueológicas y antropológicas son lo único que podemos conocer de Shamanismo. Un par de salas en un museo, con frases místico-mágicas y restos arqueológicos, poca información cosmogónica y nada como un hecho factible a ser, todo queda a un nivel Histórico. Atractivo de conocer para el que quiere salir de la realidad suponiendo fantasías que al fin y al cabo le son y serán ajenas, por nunca poder experimentarlas pero si pudiendo reconocerlas como un inventario razonado de tal o cual civilización. Hasta aquí llegamos y nada más. En el saber humano aparentemente deslindado de lo Shamánico, lo denominado como Cultura Iniciática es para referirse a un especial conocimiento de la naturaleza intrínseca del Hombre, sus propósitos y funciones, así como los del Universo en general; se conoce como Instructor, Maestro, Mago Ocultista o Iniciado, al ser que ha logrado la extraordinaria tarea de reunir en sí todas las características integrales, de sabiduría y conciencia, en un perfeccionamiento efectivo, con implicaciones en su forma de verse y ver el mundo. Este individuo posee un conocimiento especial, aprendido al principio e intuido después, en el que ha logrado una transmutación personal de muerte y resurrección consciente conocida como iluminación, a la par en la búsqueda externa, ha reunido conocimientos prácticos de las Ciencias Sagradas como la Astrología, la Qabbalah, la Magia y la Alquimia. Un ser completo, sapiente de las analogías arqueométricas naturales, capaz de operar en el mundo material con la misma resolución que en el mundo vibratorio. ¿Quién no podría llamar a este individuo un SHAMÁN MODERNO? ¿No son sus cualidades encarnadas, características místicas de un Hombre de Conocimiento? ¿No ha aprendido a penetrar en los mundos alternos con la misma efectividad que un Shamán antiguo muy diestro en el asunto? Finalmente, el Shamán utiliza las indicaciones superiores, ulteriores a las propias decisiones personales que se supeditan a verdaderos designios, designios que provienen de una Conciencia Universal tangible en un orden prescrito, visible para el que quiera verlo y más aún, escrutable para el que pueda escrutarlo… quiere decirse que las Leyes o Fuerzas Superiores al dominio humano se expresan continuamente de varias formas, una de ellas, la que quiero recalcar es: la de las determinaciones del tiempo, ciclos cósmicos o Eras Prececionales concretamente, como lo indica la Astrología racional, ciclos que el Shamán sin hacer cálculo matemático alguno, ni inferencias Cosmobiológicas, puede fácilmente aprehender o intuir con su conocimiento silencioso. Todo Shamán, todo vidente, todo buscador ya está al tanto de esto, a sabiendas o no, todos estamos inmersos. La Ancestralidad que en otrora fue estructurada por conocimientos íntimos entre el Hombre y el Espíritu Universal, en lazos de poder y magia, en visiones de alianzas naturales, en búsqueda perceptual de libertad, constituye para hoy un precedente de rigor, pero ¿Por qué no puede surgir una nueva Ancestralidad –que se constituya en un Sistema Cognitivo completo– que sea de igual forma un precedente de un futuro aún no llegado? Somos el pasado del futuro, y habremos de recapturar el brillo de las civilizaciones pasadas, para ser reconocidos como una humanidad que se integra a su tiempo, tomando la magia del pasado, y diseñando un presente aún más profundo, sin las viejas añoranzas del que “no quiere dejar su pasado”, ya sea por un falso sentimiento de pérdida, o un reconocimiento fanático de un pasado que tubo si bien es cierto la magia y el conocimiento que hoy en día nos es tan ajeno y nos hace tanta falta, pero que de igual forma no niega que pueda ser recapturado, experimentado en igual o más alto valor, abrazando el presente y señalando a un futuro igual de portentoso. Cuentos de Poder que hoy quizás vuelvan a ser reescritos, o aún mejor escribir los nuestros propios… Una Neo-Ancestralidad o Ancestralidad Moderna. Un nuevo comienzo, un nuevo principio. Nuestra civilización la civilización humana de hombres que miran al cielo, y verifican su pequeñez, y fieles a su Saber engrandecen su Conciencia sin aspirar más que a lo justo, sin tomar más que lo necesario, pero siempre con la mirada fija en las estrellas, porque ya sea para el hombre corriente, como para el Shamán, el iniciado: El Universo es un inmenso cuento de Poder y nosotros, seguimos actuando.
LA NEO-ANCESTRALIDAD Sin tener la función de ser una de esas corrientes o “ismos” que buscan diferenciarse sólo porque sí, dicho rótulo obedece al fiel propósito de ser un mensaje, una exhortación, una idea de propósito; la dirección que tomará evidentemente dependerá del que lo cree justo y necesario, ahora que si así debe ser, el tiempo y las circunstancias dictaminarán cualquier desenlace, para bien del hombre. En definitiva la valoración que se le da al Shamán que ve, cuyo ligazón con el intento o espíritu demarcará la potestad veraz de tomar decisiones, establecer rumbos y avizorar desenlaces, es significativa, puesto que por lo mismo de su condición de vidente puede mejor que nadie ver todo indicio de voluntad del intento; éste es, y no el Shamán quien determine las cosas. Otro punto de suma importancia, que Castaneda deja claro, es el hecho de que en las prácticas de Shamanismo, sea en éste o cualquier ciclo: NO EXISTE MEMBRESÍAS, REPRESENTANTES ESPECÍFICOS, ESCUELAS QUE SE APROPIEN DEL SABER SHAMÁNICO, siempre se deberá mantener los principios establecidos por los videntes del ciclo pasado, los cuales son: El Shamán no es una persona que se presenta como tal, Es y debe Ser siempre sólo una IDEA SOSTENIDA acerca de que nos es posible a todos los Seres Humanos ampliar nuestra conciencia de ser y atisbar nuestra real esencia. Por tanto queda claro que sólo alguien dispuesto a exhibiciones pseudo-shamánicas se acogería a una exposición de su persona o de lo que hace. Empero, muy aparte debemos anotar hoy, algunos aspectos que no son claros con respecto a la “modalidad” de este nuevo ciclo (ciclo en curso para los nuevos guerreros, estipulado por una nueva imperativa cósmica, como veremos más adelante) y no hay modo de responderlos o especificarlos aún, sería necio tratar de hacerlo sabiendo que no hay practicantes activos del Shamanismo que hayan logrado ver, como para reordenar lo dejado por Castaneda en razón de una Neo-Ancestralidad; o por lo menos no he sabido de alguno con la autoridad de señalar algo al respecto o simplemente que se haya pronunciado: 1) NO ES CLARO EL ROL DE LOS NUEVOS NAGUALES (“nuevo” no por diferente, sino por actual) PARA EL CICLO EN CURSO; primeramente NO podemos hablar de Nagual sino hasta cuando el individuo haya alcanzado la libertad de poder operar por sí mismo en relación al manejo de su primera y segunda atención, salta la vista el hecho de que, efectivamente, tenga que haber algún benefactor que lo haya empujado una y otra vez a la conciencia acrecentada, brindándole las directrices pertinentes para que amplíe su conciencia de ser, recuerde su otro yo y pueda obtener la fluidez de su punto de encaje. Obviamente se tiene en cuenta el hecho de que en la actualidad, NO HAY BENEFACTOR O NAGUAL que reeduque a algún posible individuo, por lo mismo de que la estructura social para mantener dichos conocimientos: los LINAJES, ya no son vigentes, esto hace más difícil la tarea. Entonces no existe la posibilidad de una enseñanza directa en aras de mantener “algo”, derivada de un Nagual, así como no existe ya la función de linajes como modo de llevarla a cabo. Se plantea claramente el hecho plausible de que, en consecuencia, ya no haya un solo Nagual, sino esta vez sean numerosos Naguales esparcidos en todo el mundo, que trabajen cauta y anónimamente con su pequeño grupo de tres integrantes cuya búsqueda de libertad seguirá siendo su mayor aspiración. Naguales que aunque no tengan el esplendor (aún) de sus predecesores en el ciclo pasado, tengan el deber de tratar de revivir o reencontrar lo señalado por Castaneda, para así algún día ser capaces de encausar más precisa y funcionalmente su real tarea para este nuevo ciclo. Aquí entra en consideración el hecho de que no puede haber “aprendices” como tal, o miembros vigentes del conocimiento o visión del Shamán, más quizás, y pido perdón por aventurarme a señalar un rumbo y no estar en posición de hacerlo, podría decir que sea éste “grupo funcional” de cuatro integrantes, entre el hombre Nagual, la mujer Nagual el individuo ensoñador y el individuo acechador, los que deban buscar su propia liberación a través del manejo de su percepción, más no habría sucesión de ningún conocimiento, ni guía directa por parte de algún benefactor, sólo quizás directrices aprendidas indirectamente o por mérito propio. Sin duda algo socialmente práctico, pero muy informal. EL CAMINO DEL GUERRERO constituye el objetivo más cercano a nuestras posibilidades, como proyección íntima y predilección más importante, es sólo con su encarnamiento personal que se SIMENTARÁN y FORMARÁN LOS NUEVOS GUERREROS, sólo a partir de esto se podrá hablar siquiera de una Neo-Ancestralidad; por el momento, para nosotros, todos en general, el camino del guerrero LO ES TODO. … Carlos Castaneda último heredero, perteneciente a un ciclo, de un linaje depositario de Conocimientos Ancestrales que pudieron datar de más de 10 000 años de antigüedad, nos trae una obra profusa de detalles, conceptos y prácticas de un incalculable valor. Dicha obra presenta un completo Sistema o Esquema Cognitivo, conformado por diferentes aspectos desarrollados a partir del ejercimiento de una videncia total por parte del Shamán capacitado para ver el flujo de energía en el Universo. Se ha estructurado tácitamente y organizado, a modo referencial, a continuación:
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Como es sabido, las clasificaciones son un ardid intelectual para dar impresión de control, queda claro que el legado transpuesto por Castaneda a través de su obra es más rica y profunda que lo anterior mencionado. Obviamente no hay manera de definir al espíritu, ciertamente muchas cosas nunca podrán definirse, más si experimentarse. No hablamos del espíritu como una metáfora, no aludimos a algún elemento doctrinario o religioso, y menos se refiere a algo personal, imaginativo o de sugestión; hablamos de algo real, experimentado por el Shamán en su viaje hacia la búsqueda de conocimiento. Si tuviéramos que hacer un esfuerzo por esclarecer tal fenómeno y su implicancia en el hombre, diríamos que el espíritu es una fuerza activa, siempre impersonal casi abstracta, inmanente a absolutamente todo; dicho “sostén causal” pareciera estar presente en cualquier asunto sucedido en el espacio-tiempo del mundo del Shamán, el cual es sin duda algo diferente y más rico a lo que se comprende normalmente; el espíritu está presente en todo y por todo, y a pesar de su condición activa no puede tener aprehensión más que a un nivel energético-vibracional, es por ello que parece no existir. Carlos Castaneda indicó: Para un guerrero, el espíritu es abstracto sólo en el sentido de que lo conoce sin palabras, incluso sin pensamientos. Es abstracto porque no puede concebir qué es el espíritu. Y aun así, sin tener la menor oportunidad o deseo de comprenderlo, un guerrero maneja el espíritu. Lo reconoce, lo llama, lo incita, se familiariza con él y lo expresa con sus actos. … La libertad es un don, habla de nuestra conciencia al reconocer su experiencia y medirla en frugalidad y desprendimiento. Más allá de que no hay nada que nos ate, más que no pedir pero siempre dar, en un sentido de sobriedad e impasibilidad, es poder someterse a las leyes que nos rigen impecablemente, sin pesar ni orgullo alguno, como un esclavo que se hace amigo de su amo y ya no intenta absurdamente escapar, y descubre al fin que era su protector más que su regente. Libertad es saber moverse conducido, voluntariamente, por el destino, cumpliendo su misión y propósito y disfrutando de ello. Eres libre cuando haces lo que quieres cuando debes hacerlo y cumples tu deber porque así lo quieres; cuando el pináculo de sabiduría te ha conducido inexorablemente a un dominio de tu realidad y tu conciencia se ha expresado como una transfiguración de tu Ser en aras de ti y de la humanidad. … Debe recalcarse el hecho de que el grupo de trabajo de los videntes con el que el Shamán o instructor contó en un pasado, pertenece como estructura grupal, a una configuración dictaminada por el tiempo, o sea el de preservar su conocimiento por medio de linajes. Entonces, el cambio para nuestro tiempo vigente, de recién comienzo, debe ser otro. No alcanzo a ver cuál o cómo será la nueva forma estructural del grupo de trabajo de un Shamán, lo que es claro es que deberá aparecer por sí misma, a través del ejercimiento de una concienzuda videncia. Generaciones humanas ya están en marcha ahora en el Siglo XXI y para los señalados, su trabajo será.
Carlos Castaneda a diferencia de sus antecesores, como nagual poseía una configuración energética diferente, esto es una división tricameral o de tres sectores de su esfera luminosa (nagual de tres puntas); sus predecesores tenían dividido su esfera luminosa o energética en cuatro sectores, lo que implicaba efectivamente un paralelismo entre ellos y el número de integrantes de su partida o grupo, entre ensoñadores, acechadores y propios. Además se observó que si se añadían más integrantes debía ser de cuatro en cuatro. Para el caso de Carlos todo era diferente, lo que es, un grupo de tres integrantes en su grupo (entre una contraparte femenina Nagual, el individuo ensoñador y el individuo acechador) y deductivamente se entiende que cualquier añadido sería en múltiplos de tres. Esto lo advirtió don Juan Matus (para los que conocen la historia que hoy es una directriz relevante) justo al finalizar su estadía en la tierra, junto con otras implicaciones. Nuevamente indico una posibilidad de que este hecho, el que Carlos tenga una configuración tricameral en su esfera luminosa, presentada en el término de un ciclo que da paso a otro, puede ser una INDICACIÓN o augurio, de que efectivamente esa será la configuración energética y distribución de integrantes del grupo de trabajo del vidente, para todos los naguales venidos en el nuevo ciclo; o sea un nuevo requerimiento para la funcionalidad del Nagual y sus compañeros, para nuestro tiempo. 1) LAS URGENCIAS DE NUESTRO TIEMPO: Si, en efecto, el linaje de Juan Matus y de los Naguales que le precedieron junto con cada vidente de sus respectivas partidas TERMINARON CON CARLOS CASTANEDA; es claro a qué se refería Castaneda cuando lo expresó en la entrevista que le realizaron en el año de 1997, es una decisión que atañe al mismo intento, al espíritu, no nos corresponde más que para consentirla y efectuarla. Pero es que se refiere al cambio de expresión en el aprendizaje y divulgación del Shamanismo, no al cambio en su práctica o peor al cese de la misma. Sé que la grandiosidad del conocimiento del Shamán Ancestral, no desaparecerá con Carlos Castaneda… quizás en un principio todo nos resulte extremadamente difícil y volver a revivir en todo su esplendor y fulgor lo que Don Carlos, don Juan y sus antecesores lograron ser, hacer y vivir, va a ser muy difícil, extremadamente complicado, pero no imposible, definitivamente mucho tiempo va a pasar hasta que alguien logre siquiera acercarse a tan alta valla; pero sí sucederá. Él dijo: «No hay manera de poner un límite a lo que uno puede lograr de un modo individual si el intento es un intento impecable». Lo que acabó, con la aparición de Carlos Castaneda, en el mundo de Naguales y videntes Toltecas, fue lo que se conoce como LINAJES, para la conservación de las sabidurías ancestrales, o sea lo repito, ACABÓ EL MODO CÓMO SE CONSERVARÍAN DICHOS CONOCIMIENTOS. Castaneda expresó: Para los Shamanes, el tiempo y el espacio no son los mismos fenómenos que forman parte de nuestras vidas en virtud de constituir parte integral de nuestro sistema cognitivo normal. Para el hombre corriente, la definición clásica de tiempo es «un continuo no espacial en el que los eventos se producen en una sucesión aparentemente irreversible que va desde el pasado hacia el futuro a través del presente». Y el espacio se define como «la extensión infinita del campo tridimensional, dentro del cual existen las estrellas y las galaxias: el universo». Para los Shamanes, el tiempo es algo así como un pensamiento; un pensamiento pensado por algo de tal magnitud que rebasaba toda comprensión. El hombre, siendo parte de ese pensamiento pensado por fuerzas inconcebibles para su mente, todavía retiene un pequeño porcentaje de dicho pensamiento; un porcentaje que puede ser redimido bajo determinadas circunstancias de extraordinaria disciplina. El espacio es, para los Shamanes, un ámbito abstracto de actividad. Lo llamamos el infinito y nos referimos a él como la suma total de los esfuerzos de todas las criaturas vivas. El espacio es más accesible, algo casi práctico. Es como si tuvieran un mayor porcentaje en la formulación abstracta del espacio. Los Shamanes nunca contemplan el tiempo y el espacio como oscuras abstracciones tal como lo hace el hombre corriente. Tanto el tiempo como el espacio, si bien incomprensibles en sus formulaciones, forman parte integral del hombre. (Adaptado) Los seres humanos, por su cualidad inconsciente, viven atravesados por el influjo de uno de los surcos de la rueda del tiempo, ésta fuerza hechizante comanda su desempeño al igual que el de todas las criaturas que han sido absorbidas por él. La “historia de nuestra especie” que hemos registrado tan ávidamente, corresponde al inexorable transcurrir de este surco de la rueda del tiempo, que en una aparente linealidad demarca, para nuestra comprensión corriente, un comienzo y un final. Pues sin ánimos de argüir aspectos tan obscuros de nuestra existencia, que no llegamos a comprender, es que no lo referiremos más; no obstante, para ésta “linealidad histórica” es que salta al escrutinio un hecho pertinente: Nuestra civilización humana se ha desempeñado a través de la historia de una manera u otra, y aunque concedemos a éste hecho la inapelable condición de “deliberado”, al pensar aún a nivel personal como grupal que dichas acciones humanas serían de dominio y control propio, sabemos que tal desempeño es dirigido por una fuerza activa del Universo, impersonal como siempre, pero funcional y consecuente con todo y entre todo, y no de otro modo. O sea que cada hecho histórico moldeado por los eventos originados en decisiones, comportamientos, misiones, y visiones humanas son preescritos por un orden causal, casi cósmico, si no olvidáramos pues de que nunca el Ser Humano se ha desligado del Universo, por el contrario somos ambos, la pequeñez y la inmensidad, uno parte del otro, nosotros parte integral del Universo. Don Juan Matus, habla de tonal de los tiempos como: «El organizador del mundo, organización que ordena y modula —lo que de otra forma pudiera ser un caos— todo cuanto sabemos y hacemos como hombres, nos empuja a mantener de cierta forma nuestras sensaciones y pensamientos, es todo lo que conocemos».
El valor pragmático de percibir la energía directamente a medida que fluye en el universo para el hombre del siglo XXI o del siglo I es el mismo. Le permite ampliar los límites de su percepción y utilizar dentro de sus medios ambientales tal ampliación. Don Juan decía que sería extraordinario “ver” directamente la maravilla del orden y del caos del universo. (Castaneda) … La correspondencia energética de nuestro cuerpo físico es nuestro cuerpo luminoso, capullo energético o esfera luminosa. Cuando hablamos de un individuo se le entiende, a un nivel general, como la suma de su intelecto (capacidad de procesar los datos que su sistema nervioso capta), sus emociones (determinada gradualidad de hormonas que el sistema endocrino, por predisposición genética, segrega como una constante de vida que nos lleva una y otra vez a reaccionar emocionalmente del mismo modo, pero que no obstante pueden ser refinadas o dirigidas bajo el poder de la disciplina y voluntad humana) y su energía cuyo conglomerado final se asienta en la esfera luminosas. En la actualidad nos atenemos, por la evidente falta de capacidad para ver energía, a percibir la superficialidad de un individuo sujetándonos a arbitrariedades o subjetivismos a la hora de juzgar; por cuanto poco podemos deducir del comportamiento de una persona, al ser el hombre moderno tan “diestro” en enmascarar su real esencia y maniobrar su psicobiología a favor de su conveniencia y provecho personal, o sea que muestra algo diferente a lo que es, en un autoengaño nada útil para su propio aprendizaje o para una convivencia social fructífera. Un hecho mágico, por ejemplo, es nuestro nacimiento. Don Juan dijo: Los videntes vieron que la conciencia de ser crece desde el momento de la concepción, se enriquece con el proceso de vivir. Lo empezamos a cuidar desde el momento de nacer. En el momento en que tomamos la primera bocanada de aire, también ese mismo aire es poder para el tonal. Así que, es muy apropiado decir que el tonal de un ser humano está ligado íntimamente a su nacimiento. Resulta claro que la complexión energética no sólo empieza a funcionar desde el nacimiento, sino que ya se encuentra constituida o determinada en su totalidad, es decir que el tonal del individuo en el momento de su nacimiento, con sus características energéticas precisas, ya está estructurado de determinada forma. Cualquier arreglo (energético) se realizará en la medida que el guerrero avance por su senda, y pueda acceder a una reestructuración psicobiológica-energética. El capullo luminoso representa la fidelidad del estado psicobiológica del Ser Humano, que se consolida en el nacimiento devenido de la concepción en el que éste se crea; pero es en el nacimiento más que en la concepción donde el tiempo y el lugar cobran importancia. Sólo un vidente, como dijimos, puede ver los aspectos energéticos que el capullo luminoso posee, y que reflejan los estados psicobiológicos del individuo; como benefactor éste reestructura la complexión energética de su sucesor por presión externa o por hacerle comprender desde sí mismo la imperativa de cambiar, de tener que remodelar las estructuras cognitivas con las que aprecia su vida y se entiende a sí mismo. Para nosotros que NO contamos con el ver de un Shamán instructor ¿Qué podemos hacer? Como ya se dijo, en el momento del nacimiento de un individuo, dicha fuerzas se compenetran con éste, por el hecho de que un Ser se ha formado con la independencia de poder existir por sus propios medios; las cualidades energéticas de éstas fuerzas cósmicas modelan, a través del sostén orgánico y energético, la base neuroendocrinológica del cuerpo y la estructura energética del capullo luminoso que conformaran en sí la totalidad del individuo como Ser Conciente; es aquí que se determina todo por cuanto el individuo presentará de por vida, como una base preestablecida en la que trabajar para su evolución. El modo como se conjugan las cualidades energéticas, como manifestaciones del nagual, vale decir, en el momento y lugar de nacimiento en el que el individuo nace, predispondrán tanto su complexión energética como psicobiológica, así, características precisas le serán dotadas a su capullo luminoso, marcando inclinaciones energéticas que le acompañarán el resto de su vida y la posición inicial de su punto de encaje. Hay que aclarar que dichas inclinaciones energéticas se manejan en el plano de lo inalterable en el individuo, ese “tonal que nunca cambiará” pero sí podrá ser purificado, reordenado, sutilizado, es ahí donde el plano del determinismo desaparece cuando el guerrero inicia su propia reestructuración energética, pero siempre teniendo como base la complexión energética con la que empezó a existir.
Esa ley de correspondencias existe entre todas las cosas; así, los símbolos pueden explicarse mejor cuando se sabe que los reinos mineral, vegetal, animal, están estrechamente ligados y que una misma tasa de vibraciones une tal metal a tal planta, a tal animal, a tal parte del cuerpo humano, a tal astro en el cielo, etc.… Es por este conocimiento que resulta importante la aplicación de las analogías denominadas arqueométricas en la MAGIA, donde el Shamán puede operar en el mundo invisible sabiendo qué cualidades energéticas conforman la totalidad de su Ser y el Universo, ya sea por medio de la acción simpática o la correspondencia armónica pueda éste resolver mágicamente utilizando los elementos adecuados que resonaran al nivel que desee, conociendo la finalidad del procedimiento, y la utilización adecuada de estas fuerzas para su propósito. Los rituales dirigen la segunda atención del Shamán y cuando el propósito es firme y se realiza en aras de limpiar su ligazón con el espíritu podrían tener una razón de ser, pero nunca basado en morbosidades egocéntricas que lo único que generan es un aumento de nuestra importancia personal. Hay que tener muchísimo cuidado por cuanto el Shamanismo elucidado por Castaneda nos previene de separar claramente las prácticas que ayudan a nuestro propósito y las que lo entorpecen. Estas fuerzas cósmicas constituyen el sostén o armazón energético, tipológicamente, que estructura toda existencia energética en el espacio y tiempo del Shamán, literalmente; y es la Cosmobiología ahora quien nos revela eso. El conocimiento al que el Shamán se enfrenta se va perfilando con el tiempo, es ahí donde su hambre por sondear los misterios le otorga una ventaja por sobre el hombre corriente, él considera cualquier tipo de Saber cómo un obsequio en su camino, diseñado para ser una herramienta en sus manos, en su búsqueda de libertad. Saber cuál es la imperativa del tonal de nuestro tiempo, saber qué tipos de fuerzas del nagual disponen las posibilidades energéticas y psicobiológicas del Shamán, saber que el Universo resuena a través de doce formas distintas de energía, nos apertura una puerta donde el Shamanismo pragmático se funde con el conocimiento y la sabiduría necesaria para afrontar lo desconocido, optar por la ruta más corta hacia la libertad perceptual, o sea la completa redefinición del propósito del Shamanismo ¿Para qué el Shamanismo se hace accesible al hombre? ¿A dónde nos conduce la realización de la primera y segunda atención? ¿Cuál es el sentido último del Shamanismo y cuál debe ser la noción última del Shamán?
2) PROFUNDIZACIÓN PROGRESIVA EN LOS CONOCIMIENTOS ANCESTRALES LEGADOS POR CASTANEDA: Antes de venir a esta tierra, cuando no teníamos estructura orgánica, no teníamos modo de ser o sentidos, desde la oscuridad infinita del águila, desaparecidos en el Nagual esperando nacer… El modo como se expresa un Maestro Shamán es siempre en función del espíritu, él como conducto impecable no se permite imponer su voluntad más que para algún propósito revelado como parte de los planes superiores de las fuerzas impersonales del universo que dirigen a los hombres; él no va por ahí otorgando funciones o actuando para su propio beneficio, o sea que la actitud “pasiva” como hombre sabio es la base inspirativa de su actividad, para serle fiel al movimiento natural del tiempo, y el flujo de los sucesos que se expresan por eventualidades, circunstancias y motivos. «Aunque parece que los shamanes no hacen nada, más que tomar decisiones, en realidad no toman ninguna decisión. Lo único que tienen son sus descubrimientos». (Don Juan Matus) Está claro la importancia vital de sincronizarse con el espíritu o intento universal, cuando el Shamán sutiliza su energía interna y se permite resonar con el orden causal del universo, ese estado donde impera el silencio interno, una unidad funcional de su cuerpo y su energía que le conlleva a mover su punto de encaje y pone a su alcance la posibilidad de intuir directivas o captar planes de acción, pues siendo lo suficientemente sagaz y flexible es que logra atender el panorama que se apertura ante él que lo invita a ser desarrollado. Este conocimiento silencioso es el filtro a través del cual el Shamán actúa, motor de sus decisiones y acciones y preludio para desarrollar su capacidad de Ver. La importancia que se le da al cuerpo físico, en sus aspectos operativos, es algo que se ha visto sólo en el Shamanismo descrito por Castaneda, al igual que en el verdadero conocimiento iniciático la forma como se preserva la salud física constituye el eje de toda actividad shamánica, evidentemente el equilibrio físico, mental, la agilidad, la elasticidad, un cuerpo fuerte, entre otros valores son la forma como se podrá tener la posibilidad de una REDISTRIBUCIÓN ENERGÉTICA, se sabe que la flexibilidad de la columna vertebral está relacionada con el nivel de energía en el individuo, y es que el cuidado alimentario, el ejercicio, el mantener el cuerpo dúctil y flexible son aspectos que terminan siendo preámbulos a la actividad energética, en fin, todos éstos importantísimos para preparar al Ser, unificarlo, como organismo perceptor. Así lo explica Castaneda, textualmente: Un tema muy importante que ha de tenerse en cuenta al practicar la Tensegridad es que los movimientos deben ser ejecutados con la idea de que el beneficio de los pases mágicos llega por sí mismo. Es preciso hacer hincapié especial en esto. Al principio resulta muy difícil comprender que la Tensegridad no es un común sistema de movimientos para el desarrollo físico. Si bien desarrolla el cuerpo, ese desarrollo no es sino un efecto secundario de otro, más trascendental. Al redistribuir energía que ha quedado inutilizada, los pases mágicos pueden conducir al practicante a niveles de conciencia en los cuales los parámetros de la percepción normal y tradicional son suprimidos por el hecho de ser incrementados. Así, el practicante puede lograr, incluso, ingresar en mundos inimaginables. Realmente que la Vía Shamánica hacia la realización, con cada aspecto del conocimiento y las prácticas que desarrollaron los videntes del ciclo de Carlos Castaneda, comprende un camino sumamente arduo, que CONSUME TODA LA ANENERGÍA, al ir avanzando por dicho camino de conocimiento; es por eso que si bien, como se dijo antes, otros Saberes son fundamentales para el nuevo Shamán, es sólo al principio que su importancia se revela, más tarde el Shamanismo descrito por Castaneda, como estructura cognitiva de hechos energéticos y esquema pragmático de evolución perceptual, se hace suficiente por sí mismo, y en esto también estamos de acuerdo. Los tiempos cambian, aunque sólo en las bases externas que conforman la forma de su expresión, su esencia es una sola y por ello el Shamanismo también es uno solo. Simplemente hay restructuración, perfilamiento. Don Juan enseñó: Ante la elección de morir en el mundo de los asuntos cotidianos o morir en mundos desconocidos, los hombres de espíritu aventurero elegían inevitablemente lo segundo, y que, dándose cuenta de que sus predecesores simplemente eligieron cambiar el lugar de su muerte, los nuevos videntes comprenden la inutilidad de todo lo que los antiguos videntes hicieron; la inutilidad de luchar por controlar a sus semejantes, la inutilidad de alinear otros mundos y, sobre todo, la inutilidad de la importancia personal. Se ha dicho, la única función de éste escrito, el único propósito de lo planteado como Neo-Ancestralidad es el de IMPELER A LA ACCIÓN, A LA ORGANIZACIÓN DE NUEVOS GUERREROS PARA RETOMAR UNA RAZÓN DE SER, UN SHAMANISMO DE HECHOS ENERGÉTICOS. El mensaje es uno sólo y es claro: ATIENDAN EMPEÑOSAMENTE LO DICTADO POR CASTANEDA, PRACTÍQUENLO Y MUEVAN SUS PUNTOS DE ENCAJE, EN ARAS DE UN NUEVO TIEMPO MÁGICO.
NUESTRO TIEMPO MÁGICO ”Somos exactamente como somos, para hacer precisamente lo que venimos a hacer”. No podríamos pretender saber porque él, un antropólogo con dotes de escritor, sería el puente o nexo entre un mundo donde prevalece el Poder, la magia y la percepción, rigiendo de manera contundente las vidas de un grupo de personas, sobrevivientes de civilizaciones milenarias, que buscan activamente algo tan evasivo e inigualable como es la libertad; no podríamos pensarlo porque es innecesario, el personaje o medio por el cual se transmite algo no debe ser punto de atención, más el mensaje en sí y por sí debe ser asimilado en cada dimensión que nuestra conciencia nos permita. Carlos Castaneda, don Juan y su grupo de videntes serán recordados con gratitud, al igual que muchos otros, por el hecho de hacernos evidente la información que sería decisiva para el moldeado de un futuro diferente. Ellos comprendieron todas las implicaciones de esto, porque intuyeron de la manera más directa el hecho de que así debe ser. Carlos Castaneda abrió la puerta hacia las prácticas de un Neo-Ancestralismo, de proyecciones sólidas, sin necesidad de especular, con un pragmático sistema de prácticas y descripciones que nos enrumban hacia una nueva dimensión: la de la PERCEPCIÓN CONSCIENTE. Carlos Castaneda, cumplió con su misión, un destino atribuido por fuerzas que escapan a nuestra comprensión, y que dejarán huella en la travesía humana hacia la evolución de la conciencia de nuestra especie.
Toda instrucción, se valora como tal, cuando despierta en un individuo el anhelo de búsqueda y reencuentro trascendental, logrando un cambio real a un nivel profundo y mantenido. El individuo ejemplifica a la instrucción, la encarna en pensamiento y acción. La instrucción sólo es una vía de muchas, no pertenece a nadie, pero puede valerse de cualquiera. Su naturaleza te muestra el camino y te apertura a que camines por él; la reconoces porque al transcurrirla te haces más libre, más fluido, más desprendido y a la vez más quieto, más silencioso. En efecto, el Shamán maniobra en el mundo invisible, conoce las leyes que rigen nuestro mundo, sabe de analogías, recolecta Poder y vive en razón de éste; y ahora más que nunca, debe buscar explayar su percepción, revivir los misterios del cuerpo energético, de la ensoñación, del punto de encaje y conducirse fielmente a la búsqueda de un periodo de paz y libertad.
() Como mero razonamiento considero a la física el campo científico más cercano al hecho de reconocer que aún hay indescifrables efectos de las interacciones provenientes entre el universo y nosotros, un universo que se torna más complejo cada vez que sobrepasamos un límite por los mismos descubrimientos que irrefrenablemente veremos o hemos visto venir; la comprensión siempre fue asunto humano, la búsqueda de patrones, explicaciones que faciliten o mejoren nuestra calidad de vida, la proyección del saber para tocar lo más esencial y provechoso de cada aspecto conocido, la búsqueda de la conclusión correcta, más neutral y profunda cada vez, sin el deterioro del misterio natural inmanente a la bastedad del Universo. «La ciencia en el sentido ilimitado del saber» (S. R. de la Ferrière) es simplemente el buscar el porqué, preguntarnos ¿Por qué el Shamanismo como vía de realización? ¿Por qué he de acrecentar mi percepción de Ser? La respuesta es Luz, Conciencia, un control no violento que permita concienzudamente comprender y elegir, elegir al final vivir libre, libre porque SÉ que puedo serlo.
Cambiando nuestra óptica, optamos por considerar a la ciencia como un encause del Saber, y poder explorar y conocer mejor nuestro mundo, desde las posibilidades de funcionamiento del ojo humano, hasta la existencia de energía vital, la ciencia deberá conciliar la certeza inminente de que efectivamente “hay cosas que existen y que aún no podemos probar” y que este hecho no significa de ningún modo que el límite para lo que “Es” sean pues los decretos científicos, cada vez se estrechan más las diferencias entre la espiritualidad mística y el saber científico, aspecto sinérgico que seguro verá venir un futuro de complementaciones entre ambas, pues las ciencias de lo externo y las ciencias de lo interno son dos aspectos de un mismo propósito: entendimiento. Y aunque lamentablemente en ambas partes hay tendencias a incurrir en extremismos pueriles que no hacen más que estancar nuestro avance, se puede observar que la objetividad racional del científico termina por corroborar lo absurdo de la racionalidad cuando acepta premeditadamente que no puede razonarlo todo con el simple uso de su intelecto, cuando cesa su hostilidad y bajando las defensas de su pretensión y autosuficiencia se abre a cualquier posibilidad; lo que él místico, por su parte, tendría que reconocer es el hecho de que el Saber es requisito imprescindible para Creer, y que el materialismo, la evolución y lo esotérico (incognoscible) son parte de Dios, de las “leyes naturales de regencia” o del “Plan Conciente del Universo”, bien dijo Faraday «Nada es demasiado maravilloso para ser verdad, si es consistente con las Leyes de la Naturaleza». El Shamanismo, si bien no conoce de espiritualidad o materialismo, por ser más práctico, sí integra lo abstracto y lo concreto, por no hallar fronteras que los signifiquen, o sea que para el Shamán el mundo no se divide entre interno o externo necesariamente, para ellos todo esta unificado, inmerso y solamente reconocen que hay: Misterios. Hoy en día en aras del nuevo ciclo, debemos si o si, retomar estas antiguas prácticas —preparadas a través del esquema traspasado por Castaneda, a las nuevas generaciones— para poder solicitar al universo la posibilidad de una libertad real, en pensamiento social y conciencia individual. () Cuan bello es el mar de noche, He sentido demasiado frío, mi alma quebrada como hielo, En un mar de luces, luces en el espejo, Muerto tres veces reencontrándome de nuevo, ¡Acógeme misterios! ¡ímpetu de guerrero! Que bello es el mar de noche, y el horizonte eterno, El conocimiento nos hará libres. Podemos abordarlo desde la orilla que queramos, realizarnos podemos hasta por medio del arte, pero sin embargo, sólo una transformación personal en la vía correcta, de trato directo con la conciencia, puede en efecto asegurarnos un triunfo espiritual. Nuevamente recalco, hoy el Shamanismo sugerido por Castaneda es como un camino funcional, de trato directo con nuestra conciencia de ser, con un esquema psicológico como es el camino del guerrero, que nos pone en la mejor posición para afrontar los embates del mundo de todos los días, y los aspectos más misteriosos de nuestra naturaleza. No hay voluntarios a este conocimiento, personas movidas por la curiosidad de un empeño a medias e interesados a conveniencia; pero comprensivamente a falta de benefactores o maestros, sólo podemos esperar estar a la altura y caminar con un sincero y riguroso talante, nuestro tiempo no nos dejará caer en la imprecisión y la derrota, estoy seguro de que los recursos del espíritu para que vengan a este mundo nuevos guerreros, se harán valer. () Si tienes el valor, la fuerza, si tienes energía no desperdicies ningún momento, pueden pasar años hasta que te des cuenta que camino quieres seguir; si acaso crees que puedes asumir el reto que significa ser un Guerrero, hazlo. Tienes que ser hábil, perfecto, el indicado; tú mismo eres pues tu Maestro, y para empezar a transitar por el largo camino del Shamanismo, ya has debido de ser eficaz, de haber avanzado algo y salvado mucho de ti, no obstante nunca es tarde… Don Juan recalcó que lo que cuenta, lo principal, es mover el punto de encaje, ¡Preocúpate por mover tu punto de encaje ahora! y luego años más tarde, después de haber consolidado su nueva posición, recién ten la comprensión emocional. La verdadera comprensión es pues cuando hay un cambio sustancial en la posición del punto de encaje y por ende en nuestro modo de ver el mundo, y que nada tiene que ver con cualquier arranque emocional producto de arengas para darse ánimo. Para terminar cito textualmente lo que expresa CASTANEDA: El problema del hombre es que intuye sus recursos ocultos pero no se atreve a utilizarlos. Por eso dicen los guerreros que el problema del hombre es el contrapunto que crean su estupidez y su ignorancia. El hombre necesita ahora, más que nunca, que le enseñen nuevas ideas que tengan que ver exclusivamente con su mundo interior; ideas de Shamanes, no ideas sociales; ideas relativas al enfrentamiento del hombre con lo desconocido, con su muerte personal. Ahora, más que nunca, necesita que le enseñen los secretos del punto de encaje. POST #1 |